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El platino como el lujo más avanzado

El elemento que comenzó siendo un misterio, ahora destaca por su resplandor.

El platino, como metal precioso, es codiciado en todo el mundo no solo por su belleza y brillo, sino también por su naturaleza fuerte y táctil. Son esas propiedades extraordinarias las que hacen que esté muy solicitado en el mundo de la joyería y las artes decorativas, así como en sectores como el de la tecnología y la mecánica avanzada.

El platino es un material poco común, venerado por su lustre y resistencia a lo largo del tiempo. Los historiadores han encontrado su característico fulgor en elementos del antiguo Egipto y en objetos ritualistas de los incas, pero no consta un uso consciente de todas sus propiedades hasta el siglo XVIII. A lo largo de los dos últimos siglos se ha observado un uso creciente en las esferas más elevadas del ámbito técnico y en productos de calidad superior, situándose así en lo más alto del mundo del lujo.

EL METAL MÁS PRECIADO

La leyenda del platino tiene sus orígenes hace miles de años, en el antiguo Egipto. Fue entonces cuando los arqueólogos descubrieron los primeros usos de este material precioso en joyería y objetos ritualistas ornamentados, especialmente en los adornos de las urnas de Tebas. También encontramos este refinado material en Sudamérica, en antiguas civilizaciones como la inca, que incorporó este hipnótico material a los ropajes para sus ceremonias y a codiciados obsequios para artesanos y orfebres.

También en Sudamérica, siglos después, el platino se fundió con las estrellas y a pesar de ser anterior a la formación misma de la Tierra, entró a formar parte de la Era Moderna. Los conquistadores españoles del siglo XVI descubrieron platino en el continente, creyendo que era similar a la plata, sin caer en su esencia superior.

No sería hasta 1751 cuando el platino fue clasificado como un elemento distinto, y se reconoció su peculiar estética y virtudes por parte de las grandes mentes de la época. Hicieron falta avances y descubrimientos científicos para que por fin se manifestaran sus propiedades de durabilidad, maleabilidad, resistencia y, quizá la más importante, su belleza.

Mucho más escaso que el oro y la plata, y excepcionalmente más maleable y dúctil, el platino empezaría a verse con mayor frecuencia en diferentes objetos del siglo XVIII, desde equipamiento científico a los botones, cadenas, cubertería y demás objetos refinados de la corte de Luis XVI. Y ha sido así como, desde el Alto Egipto al último rey de Francia, el majestuoso estatus del platino se ha ido cristalizando en la Era Moderna.

UN ELEMENTO DE ALTAS ESFERAS

Hoy en día, cuando pensamos en la alta joyería, el platino es lo primero que se nos viene a la cabeza. No fue, sin embargo, hasta 1890, cuando este metal precioso se empezó a emplear en joyas especialmente creadas para el rey Eduardo VII de Inglaterra.

En poco tiempo se empezó a ver el platino en las posesiones y adornos más preciados, gracias a su luminosidad, su resistencia al desgaste, así como su carácter dócil y delicada fabricación artesanal. Su presencia en la joyería art decó, el diseño arquitectónico y en filigranas ornamentales consolidaron su prestigio, alineándolo con el más puro lujo. Su resistencia a la decoloración hace que complemente a la perfección la luminosidad de las gemas preciosas, especialmente la de una de las piedras preciosas más conocidas en el mundo, el diamante azul.

La fama del platino va más allá de la mera ornamentación, dada su demostrada funcionalidad en instrumentos mecánicos y técnicos. Su durabilidad hace también que se empiece a usar en la alta relojería, favoreciendo mecanismos de alta precisión, intrincados movimientos y relojes que superan la prueba del tiempo, pero también la del diseño y la exactitud. Gracias a estas asombrosas capacidades, el platino se ha empezado a ver igualmente en los sectores de la automoción, la tecnología y la industria terapéutica.

Es la vitalidad del platino la que hace que rezume brillo, elevando así su propósito y el de todo aquello que toca, desde obras de arte a alta joyería, y desde la precisión mecánica a la tecnología más avanzada. Desde su misteriosa aparición en nuestra galaxia hace eones hasta nuestros días, el platino mantiene su fulgor y su estatus como símbolo de integridad, pureza y belleza.

LA CIENCIA DEL PLATINO DE LA PRAIRIE

Intrigados por las propiedades únicas del platino, los científicos de La Prairie han desarrollado el Complejo Platino mediante la adherencia de un péptido estimulante del colágeno al platino, y más recientemente, el Multipéptido de Platino, que incorpora tres péptidos diferentes con acciones adicionales sobre las partículas esféricas del platino. Estos tres péptidos han sido diseñados para actuar como señales que desencadenan las actividades rejuvenecedoras de las células y, por tanto, favoreciendo los procesos claves del rejuvenecimiento en las diferentes capas de la piel.

El Complejo Platino y el Multipéptido de Platino, en conjunción con el Complejo Celular Exclusivo de La Prairie House, sientan las bases de la ciencia de la Haute-Rejuvenation de La Prairie, que encarna la Colección Platinum Rare. En 2021, La Prairie desvelará su último avance científico, Platinum Rare Haute-Rejuvenation Protocol, un tratamiento intensivo que revitaliza visiblemente la piel, contribuyendo a compensar el deterioro y la degradación asociados con la edad. Con Platinum Rare Haute-Rejuvenation Protocol, la ciencia de la Haute-Rejuvenation alcanza su máxima expresión.

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