“Mi cuerpo es una metáfora para capturar la danza de la luz y el agua. Para esta danza me muevo mucho más lenta de lo normal. El agua fluye rápidamente de forma natural, pero está bien ralentizarla para sentir la forma de cada minuto, de cada segundo. Observar la lentitud, congelar el tiempo, nos ofrece a los humanos la oportunidad de ser reflexivos”
Buscando muy dentro de sí misma y centrándose en la “fluidez” de su cuerpo, Wen-Chi Su ha pretendido dialogar con el agua, observando su dinámica en su danza. Observó la luz en sus innumerables facetas, resplandeciente, melancólica, seca, tempestuosa, y comenzó el proceso de suspender el tiempo. Al sumergirse en el escenario natural donde tuvo origen La Prairie, la conexión entre la naturaleza, el concepto del tiempo y la fluidez de su cuerpo dio lugar a una fusión. Su colaboración con La Prairie es un encuentro de ideas instintivo. Es una forma de arte empapada de ciencia y precisión, que se sirve del tiempo, de su lentitud, de su rapidez: una hermosa búsqueda de la perfección que es, al mismo tiempo, inconfundible y discreta. Esta conexión intrínseca con el tiempo va de la mano de La Prairie. Su deseo de contar la historia del mágico encuentro entre la luz y el agua a través del poder de la danza y del concepto del tiempo se entrelaza de forma exquisita con la búsqueda de la belleza eterna de La Prairie.