PAISAJES ESTRUCTURADOS
Históricamente, la arquitectura suiza ha sido una mezcolanza de expresiones prestadas del barroco, el estilo clásico y otras influencias. Esto ha dado lugar a una nación que ha tenido dificultades para encontrar su propia voz a través de los edificios. Sin embargo, esta tendencia cambió radicalmente a finales del siglo XIX gracias a los audaces movimientos autóctonos que allí surgieron, como el Heimatstil, que siembra el camino para el nacimiento de un modernismo propiamente suizo.
El icónico Le Corbusier llevó la arquitectura suiza moderna al mundo. Sus fantasías en hormigón y cristal ofrecen un potente contrapunto a las que siempre se han considerado las principales virtudes de Suiza: los generosos lagos, los serpenteantes ríos y los imponentes Alpes. Los protegidos que le siguieron han tendido puentes en relación a las a menudo brutales y severas líneas de los modernistas más internacionales, que se veían a sí mismos como la oposición al flujo aleatorio de las formas naturales, y los arquitectos suizos del siglo XXI, centrados en crear edificios que tengan en cuenta el componente ecológico.
Este contraste ha sido la fuerza principal de una de las identidades en materia de arquitectura más avanzadas en el mundo. Hoy en día, lo moderno y lo clásico conviven, y el componente funcional se aplica en edificios que son pura imaginación. Los arquitectos suizos del siglo XXI llevan de vuelta a la tierra el diseño de edificios, aunando lo silvestre con las elevadas cotas de estilo, abrazando alegremente los retos que encierra el dramatismo y la inaccesibilidad del paisaje. Al hacerlo, han abierto caminos que renuevan la visión que se tiene del país.
Créditos de la foto ©Enrico Cano
En la arquitectura de mediados del siglo XX, Suiza se caracterizaba por aquellos que se veían a sí mismos como autores que escribían la continuación de la poesía hormigonada de Le Corbusier. Mario Botta era el iconoclasta, arrancando las páginas de la historia y reescribiéndolas hasta que parecían nuevas. Para Botta, que fue artista destacado en el pabellón de La Prairie de la edición de 2018 de Art Basel in Miami Beach, el paisaje suizo es un obstáculo a superar, y también un lienzo en el que proyectar fantasías que ofrecen un claro contraste y una armonía gloriosa. Durante su laureada carrera ha demostrado tener visión y maestría en enclaves a menudo inhóspitos e inaccesibles, abriéndolos en toda una celebración del trabajo humano, el diseño y la apreciación de las vistas más hermosas de Suiza.
El restaurante Fiore di Pietra es un proyecto creado recientemente por las manos del hombre, y florece encaramado a un vertiginoso puerto de montaña. De ángulos obtusos y líneas afiladas, es fruto inconfundible de la arquitectura e ingeniería suizas del siglo XXI. Sin embargo, gracias a que presenta una forma inspirada en las disposiciones más básicas de la naturaleza, ese sentido lúdico del contraste y la cohesión sigue estando intacto de una forma muy hermosa. Mientras que los edificios de Botta son indudablemente modernistas, es imposible ignorar el hecho de que evitan las líneas pulidas, elegantes y fluidas de muchos de sus contemporáneos. Al favorecer la mampostería sobre el cristal y el acero, su trabajo presenta una calidad elemental. No importa cuánto contrasten sus vivaces obras como Fiore di Pietra sobre la nieve o el hielo. Es evidente que está presente la esencia de la montaña, del río y de los minerales e, inevitablemente, la esencia de la propia Suiza.
Gracias al trabajo de campo que llevaron a cabo los grandes representantes de la arquitectura suiza modernista y posmodernista anteriormente citados, una nueva generación de diseñadores ha sido capaz de echar raíces en un terreno muy fértil. A partir de las ideas de Botta y sus predecesores, y llevándolas a nuevas esferas creativas y a las renovadas fronteras de la arquitectura como identidad nacional, los nuevos arquitectos y casas de diseño que ha dado Suiza han entrado en una era de innovación en la que no conocen rival.
La última generación de arquitectos suizos está más comprometida que nunca con mostrar las nuevas tecnologías y demostrar cómo estas les permiten trabajar mano a mano con la naturaleza y el paisaje nacional. Este sentido del lugar y el espacio que resulta tan fundamental en el trabajo de Botta ha alcanzado hoy en día sus conclusiones lógicas, como se evidencia en construcciones como el Lake Rotsee Refuge de AFGH Architekten. Este diseño tan único y llamativo muestra cómo lo funcional no tiene por qué carecer del componente imaginativo. De hecho, la forma angular y cúbica condensa la esencia del bosque, el lago y la tranquilidad del espacio en un edificio que promete las ventajas prácticas de un refugio, al tiempo que destaca la maestría de su diseño y materialización frente a los elementos naturales.
Como tal, la reunificación del arte y los oficios fue recibida como antídoto, poniendo el contrapunto a los diseños excesivamente ornamentados de la época.
Créditos de la foto © Valentin Jeck
Créditos de la foto ©Tonatiuh Ambrosetti, 2009.
En un país donde la más pura magnificencia del campo está tan cerca de la bulliciosa ciudad, la preservación del mundo natural está, como siempre debería ser, más que presente en la mente de los diseñadores suizos. De hecho, hay un creciente sentido de la responsabilidad ecológica entre los contemporáneos, que ha dado como resultado algunos de los edificios más impresionantes que han nacido en los últimos años.
Es el caso de Sustainable Cabin de Studio Monte Rosa, que juega con la idea de utilizar materiales naturales con enfoques posmodernistas y que, de forma lúdica, adopta el concepto de mezclarse y armonizarse con el paisaje natural llevándolo hasta nuevos límites. El concepto ecológico de “no dejar huella” puede no ser completamente posible en lo que respecta a la arquitectura y la construcción, pero esta cabaña, que resulta agradable a la vista ya que refleja y complementa el hermoso telón de fondo, deja la menor huella posible como estructura. Con el uso innovador que se hace de los materiales y las soluciones energéticas renovables más avanzadas, Sustainable Cabin demuestra cómo una cabaña de montaña tiene el alcance suficiente para convertirse en una estructura innovadora, al tiempo que permite el disfrute, la accesibilidad y la preservación del entorno donde se ubica.
Mientras que la arquitectura del pasado pertenecía exclusivamente a la grandiosidad de la esfera urbana, el hábitat de la arquitectura suiza del siglo XXI no es la ciudad. Desde las lúdicas y funcionales cabañas de montañeros hasta complejos de spa de vanguardia e instalaciones orientadas al ocio en pleno campo, la sinergia entre el mundo natural y la imaginación arquitectónica nunca ha sido tan vibrante ni tan representativa de la identidad nacional. La voz de la arquitectura suiza resuena más clara que nunca, apoyándose en los ecos de la majestuosidad natural de las montañas, lagos, bosques y ríos del país.